Una comedia muy feelgood, con un toque Wodehouse irresistible. Un homenaje de la autora a sus libros y escritores favoritos.
Agnes es una joven arqueóloga que viendo cómo están las cosas en España decide emigrar a Londres; quizás allí, en la ciudad de los museos, encuentre el trabajo que tanto ansía. Sin embargo tras unos meses viviendo en la ciudad británica parece que no hay suerte, incluso se ha planteado regresar a Barcelona tras ver que sus ahorros están cada vez más mermados.
Una de esas tardes en la que la lluvia londinense parece abrazar a sus transeúntes, Agnes, tratando de dar respuestas a sus dudas, entra por casualidad en la preciosa librería Moonlight Books, y una vez que gira ese pomo de la puerta, en forma de pluma, la triste realidad parece esfumarse. A partir de ese momento le acogerá el olor a libro nuevo, a la madera de un suelo pulcramente pulido y la simpatía del librero más excéntrico de Londres. Por la otra parte, cuando Edward Livingstone ve entrar a Agnes, cual ninfa en su jardín, al instante cae rendido a su encanto y a la tristeza que esconde su mirada. Por eso, y porque necesita ayuda para cargar con los libros, decide contratarla y que ésta entre a formar parte del encanto de Moonlight Books.
Moonlight Books no es una librería cualquiera, es la librería en la que cualquier amante de los libros querría entrar. Un edificio de dos plantas, comunicadas por una preciosa escalera de caracol labrada, por el que transitan una serie de personajes de lo más interesantes. Tenemos nuestro propio Oliver Twist, un jovencito que sueña con alcanzar las estrellas que vislumbra en la claraboya de la librería las tardes de invierno; un escritor que pasa allí los días tratando de finalizar su próxima novela; una asidua clienta que acude cada semana buscando nuevas recomendaciones; Sioban la pareja de nuestro particular librero, que además de ser editora, es la que da cierta cordura a Edward cuando éste parece trasladarse por completo a la época victoriana; el amigo de Edward que regenta una sastrería y parece Mr. Magoo; y finalmente Agnes, la nueva ayudante que parece flotar descalza por la librería.
Este ambiente idílico por los libros, y algo caótico y surrealista por los clientes, parece animar a Agnes. Haciendo que Moonlight books pase a formar parte de su vida, de su felicidad y sea un reconstituyente cuando el traslado a Londres parecía haber perdido su sentido. Pero esa rutina bucólica parece desvanecerse cuando John Lockwood, inspector amigo de Sioban, entra como un elefante en un cacharrería cuando allí se requieren sus servicios. No solo alterará a Agnes, también a nuestro querido Edward que hará gala su lenguaje más irónico y punzante.
Solo os he contado un poquito de lo que es La librería del señor Livingstone, porque efectivamente esta novela, que no llega a las trescientas páginas, es mucho más. Es un homenaje a los libros, a los lectores y a sus libreros. Una historia que cualquier persona: enamorada de Londres, de los clásicos literarios, de los que gustan entrar en las librerías solo para respirar ese olor tan característico y de la literatura buenrollera, debería leer. Además tenemos un librero de lo más particular anclado en el S.XIX, humor irónico inglés, amistad, ternura y amor. Aquí hay mucho amor. Amor por los libros, amor entre personas, y amor por las cosas más cotidianas, por esos detalles, que al compartirlos con alguien especial, se convierten en algo mágico e inolvidable.
Los que ya habéis leído a Mónica conoceis la magia que transmite a través de sus letras, esa sensación de viaje que logra a través de su historia y la sonrisa que mantienes hasta que finalizas su lectura. Una sensación adictiva que estoy deseando repetir. Y para los que no conozcais sus historias, no sé a qué esperais.
Solo os he contado un poquito de lo que es La librería del señor Livingstone, porque efectivamente esta novela, que no llega a las trescientas páginas, es mucho más. Es un homenaje a los libros, a los lectores y a sus libreros. Una historia que cualquier persona: enamorada de Londres, de los clásicos literarios, de los que gustan entrar en las librerías solo para respirar ese olor tan característico y de la literatura buenrollera, debería leer. Además tenemos un librero de lo más particular anclado en el S.XIX, humor irónico inglés, amistad, ternura y amor. Aquí hay mucho amor. Amor por los libros, amor entre personas, y amor por las cosas más cotidianas, por esos detalles, que al compartirlos con alguien especial, se convierten en algo mágico e inolvidable.
Los que ya habéis leído a Mónica conoceis la magia que transmite a través de sus letras, esa sensación de viaje que logra a través de su historia y la sonrisa que mantienes hasta que finalizas su lectura. Una sensación adictiva que estoy deseando repetir. Y para los que no conozcais sus historias, no sé a qué esperais.