Han pasado varios años desde el caso del asesino en serie que trastocó para siempre su vida, y el comandante Camille Verhoeven aún no se ha repuesto del todo cuando un nuevo desafío vuelve a implicarlo personal y profesionalmente: Alex, una mujer de treinta años, ha desaparecido. No es una mujer cualquiera, y Verhoeven, sin sospechosos ni pistas, debe adentrarse en la investigación de su personalidad para poder encontrarla, mientras ella agoniza en una almacén abandonado. Cada minutos que pasa puede ser el último. Y él no se lo perdonaría nunca.
El autor de Vestido de novia e Irène vuelve a sacudirnos con este thriller escalofriante, una trama diabólica e imprevisible que lo confirma como el rey de la novela negra. Alex catapultó a Lemaitre a la fama internacional, al ser aclamado como el sucesor de Stieg Larsson; hoy su estilo es reconocido como único e inconfundible, con una legión de seguidores.
Desde que leí "Vestido de novia" supe que quería leer más de este autor francés, así que en cuanto tuve la oportunidad empecé con la saga del comandante Verhoeven y su primer libro "Irène". Hoy os quiero dar mi opinión sobre su segunda parte y aunque su lectura no ha sido tan vertiginosa como "Irène", quizás porque ya conocía el estilo del autor, no puedo negar que es una gran historia.
La historia comienza presentándonos a Alex, una joven treintañera de la que apenas conocemos nada. Sin embargo una noche, que decide no coger el autobús y continuar andando hasta su casa, un hombre la arrastrada al interior de una furgoneta que la trasladará directamente al infierno. Alex será transportada hasta un fría y húmeda nave donde pasará los siguientes días encerrada en una trampa de madera, que no la permitirá moverse y que convertirá cada minuto en una cruel tortura. Sufriremos con la angustia que invadirá a la víctima, pero también nos preguntaremos el por qué de la conducta de su raptor, qué busca provocando ese sufrimiento que no tiene otro final mas que una muerte asegurada.
Han pasado varios años desde el final impactante de "Irène" y aunque Camille ha tratado de seguir adelante, aún le atormenta todo lo ocurrido en su anterior caso. Sin embargo, con el suceso de desaparición de Alex tendrá que dejar sus temores atrás y luchará por poder rescatarla con vida. Y será cuando aparezca de nuevo el comandante Camille en todo su esplendor, haciendo exhibición de esa mala leche que contrasta con su baja estatura y que además utiliza sin ningún reparo contra los que tienen las de perder, con el único objetivo de obtener información para el caso. A Camille no se le escapa nada, y constantemente se nos adelantará formando un perfil de Alex que se va contraponiendo a la imagen inicial que nos creamos de ella, lo que hará que nos preguntemos quién es ella y qué papel juega realmente en la trama.
Lemaitre ha creado un thriller absorbente a través de ese estilo directo que le caracteriza. Alternando capítulos en los que el caso parece estancarse, sin pistas que esclarezcan los hechos, mientras que en los capítulos en los que la protagonista es Alex vemos cómo el tiempo se acaba para ella. No resultará nada fácil para Camille y los suyos obtener información cuando nadie denuncia la desaparición de Alex. Pero cuando todo parece encajar su autor da un giro a lo que deberíamos esperar en una historia de este tipo, desconcertando al lector y provocando un interés creciente.
En "Alex" su autor crea una historia negra y fuerte, de esas a las que ya nos tiene acostumbrados, pero además nos convierte en jueces determinando quién tiene la culpa de todo lo que está ocurriendo. Dudando continuamente de quiénes son los buenos y quiénes los malos, confundiéndonos, para sacarnos una sonrisa con ese final que firma la auténtica víctima. Lemaitre, siempre consigue sorprender.
8,5/10
Cris